El seis de Noviembre fue jueves, eran las ocho de la noche de un seco invierno. En la ciudad se llevaría a cabo un torneo de Boxeo amateur, César, Luna, Boss y yo tenemos ese gusto en común. El deporte de los golpes y los guantes.
Me cambio de ropa muy aprisa en el vestidor del gimnasio, bebo lo poco que queda dentro de mi botella de agua y salgo a ver a mis amigos que ya están esperándome para ir a la arena.
La cabeza me ha dado vueltas, no sé muy bien qué vaya a ser de mí después de terminar este año. Digamos que las cosas no me están yendo tan bien como yo quisiera. El panorama sigue sin mejorar desde hace varios años. Al menos por esta noche hay dos elementos que no me pueden fallar: el box y mis amigos.
Nadie nos presentó, Luna, César y yo estábamos sencillamente donde teníamos que estar. Nos conocimos entrenando este gran deporte, entre golpes, sudor y mucho dolor, simplemente coincidimos los tres. Nos gustaba hacer ejercicio, aprender a golpear, defendernos y claro, si se deba el caso entrar en alguna pelea. Hace ya tiempo de eso, sin embargo admito que conocerlos, entrenar y saber del mundo del Boxeo cambió mi vida. Ahora me siento algo solo.
Por una temporada dejé de ir, tomé ciertas decisiones que me alejaron. Aun así seguíamos saliendo los tres, frecuentábamos los mismos lugares y teníamos contactos en común. Un día después de ya mucho tiempo regresé al gimnasio, aunque para entonces ya habían dejado de practicar y nos dejamos de ver con la misma frecuencia de siempre, cada quien entrenaba, trabajaba o hacía algo por su cuenta y después, nuestro sagrado gimnasio fue cerrado para siempre. A pesar de eso seguimos en contacto, no los veía tan seguido, ni salíamos a beber o charlar como antes, pero esos golpes que nos dimos entre nosotros nos hicieron muy buenos amigos.
Hoy en la arena del Norte será la final del torneo amateur de la ciudad. Nuestro antiguo mánager llevó a su nuevo alumno a la pelea por el titulo y además hoy es nuestro reencuentro. Es casi imposible que faltemos a esta función.
Entramos a la arena, César ya esta dentro esperándonos. La casa esta llena y las respectivas porras han tomado su lugar en el segundo piso de las gradas; una frente a la otra. Se predice una batalla épica tanto dentro como fuera del ring.
El Chicharito García VS El Master Gaona son los finalistas para la pelea estelar de la noche. Aunque no conozcamos a ninguno de los dos, el estilo y moral nos dicen que hay que apoyar a nuestro ex-mánager. Así que estamos del lado del favorito del barrio: El Chicharito.
La arena comparte lo mismo, desde el inicio del torneo este chico a sido el favorito y con la mejor técnica para ganar. No hay ni un solo segundo de silencio, desde que entramos el bullicio de la gente truena en las laminas del techo de la arena. César no tarda en vernos, nos sentamos entre amigos y conocidos del gimnasio. La función esta a punto de comenzar.
Dos tipos robustos y bien vestidos suben al ring, ambos con micrófono en mano. El más alto se pone al centro y comienza a cantar nuestro himno nacional. Al terminar el otro sujeto, un poco más barrigón se queda sólo en el cuadrilátero. La batalla esta a punto de dar inicio. El presentador hace el llamado y ambos peleadores entran en escena. El mar de gente explota al escuchar el nombre de los jóvenes a los que vienen a apoyar.
Es una guerra entre barrios, las calles se reunieron para gritarse de todo, se recuerdan a las madres en un solo espacio y en medio de todo este caos estamos los tres. Sentados en un costado del ring, observamos la lucha que se da en las alturas a versos y señas. No tomamos participación directa en ningún lado, estamos algo fuera de práctica como para meter los puños, aunque lo bien aprendido nunca se olvida.
Da inicio el primer round, El Chicharito se ve fuerte. Los golpes hacen exaltar a la muchedumbre que grita y apoya en cada derechazo y jap que conecta su favorito. Aunque no hay duda, sobre las cuerdas solo hay uno que ganará esta noche. Viendo a ese chico pelear me hace recordar los miércoles de pelea que teníamos al entrenar antes. Tanto Luna y César son los únicos con los que después de varios encontronazos nos seguimos llevando muy bien al terminar los rounds.
Entra una rubia edecán con la cartulina que anuncia el segundo asalto, se pasea por los cuatro puntos del ring entre piropos, deseos carnales y faltas de respeto. No logro entender cómo soportan tanto esas chicas, tan destapadas y aceptando lo que cualquier patán les haga sufrir. Dejen ustedes los golpes, las mentadas de todos modos calan. El Chicharito sigue girando, golpeando y su rival a poco esta de caerse por la desesperación de no lo lograr impactar ni un solo golpe. Falta un minuto para terminar y el intercambio de puñetazos alarma a toda la gente. Nada de qué preocuparse para el gallo del pueblo.
Últimos tres minutos de pelea, la campana anuncia la salida de la rubia y ambas esquinas dan las indicaciones para ganar y terminar el combate. Ambos jóvenes se dan con todo, pero el Master termina por gastar sus últimos alientos antes de tiempo. Chicharito demuestra resistencia y apaga a la porra de su rival con solo mostrar la poca capacidad de su contrincante. La campana termina con la batalla. Todos sabemos quién ganó la pelea, solo una esquina festeja, el bando rojo a salido avante esta noche. Aplausos para el nuevo boxeador de la ciudad.
Aplaudimos, le rendimos respeto al deporte que te enseña de lo qué es capaz.
Los jueces dan sus tarjetas, toda la arena sabe el resultado. Gritan "Chicharito" por las cuatro paredes. El presentador sube y toma el centro de la plataforma. Lee las tarjetas, se convierte en el primer hombre en saber el resultado oficial. Levanta su micrófono, toma aire con esos grandes pulmones y con el timbre de su voz llama la atención de las almas presentes.
-El ganador y campeón del torneo K.O por marcador de cuatro a uno es...
Nos preparamos para aplaudir y escuchar los gritos de celebración. Veo dudar al anunciador. Aun así grita el nombre del campeón.
- ¡El Master Gaona!
El resultado sorprende a todos. Los abucheos llenan por completo el lugar, nadie lo puede creer. Robo, un robo es lo que presenciamos. La esquina roja del chicharo estalla en un reclamo que se contagia hasta las tribunas. No hay quien este de acuerdo con lo que ve. Los jueces han decidido dar como ganador de la pelea al perdedor de la noche. Lluvia de insultos hacía Gaona y sus managers. La policía esta en sus puestos esperando se desate la batalla antes anunciada. Comienzan las provocaciones, vemos a lo lejos salir a nuestro antiguo y ya veterano entrenador. Su apariencia lo dice todo, esta lleno de enojo por lo que acaban de hacer. Del otro lado El Master festeja en hombros junto a su coach. La premiación es tomada por los reclamos de la gente. Todos vimos un resultado igual, no hay duda de a quién se le debería dar el cinturón de campeón. A pesar del coraje y la injusticia El Chicharito sube a tomar su premio de segundo lugar. Vemos subir a un campeón sin corona a recibir lo que no se merece, ya que el no perdió.
Salimos de la arena, todos indignados con lo que presenciamos. No queremos tomar partido en la posible pelea que venga a continuación, el daño ya esta hecho, aun así esta noche la ciudad ha ganado un nuevo ídolo en este deporte, El Chicharito demostró tener el carisma y el talento para ganarse a todo un público conocedor y amante del boxeo. ¡Viva el campeón sin corona!
Nos despedimos en la salida de la arena. No charlamos mucho este día, el ambiente no es muy adecuado, terminamos la noche diciéndonos "hasta luego" de la mejor manera que hemos tenido siempre.
Pretendemos vivir en un mundo mejor y pecamos en los niveles más básicos de la humanidad. El Box es un deporte que en lo personal me encanta, lamentablemente por acciones como las de esa noche hacen que sienta vergüenza de las personas que se dicen organizadores de esta disciplina. Pretenden ser ejemplo para la sociedad y juventud haciendo injusticias como si fueran chistes de mal gusto. Es más grande el interés de unos pocos lo que ensucia el trabajo de muchos.
El Box te demuestra que cada persona es capaz de superarse mediante, disciplina, valor, coraje, fuerza. Una pelea la podemos ver como una metáfora de la vida: desde que nacemos la campana ya ha sonado, por un lado hay gente que te apoya y esta contigo hasta el final, en las caídas y en los golpes bajos. Incluso cuando más te duele sabes que hay alguien que está ahí para ti. Del otro lado están esos que te quieren ver caer. Los que esperan tus errores para golpearte por la espalda y así ganarte. Cada golpe duele pero eso solo es momentáneo, la gloria es eterna. El contrincante eres tú mismo, cada uno es su rival a vencer. Los rounds son etapas de nuestra vida donde lo importante al final es que te levantaste de cada caída, soportaste cada golpe y hora de entrenamiento para así conseguir estar de pie hasta el final.
El Box te demuestra que cada persona es capaz de superarse mediante, disciplina, valor, coraje, fuerza. Una pelea la podemos ver como una metáfora de la vida: desde que nacemos la campana ya ha sonado, por un lado hay gente que te apoya y esta contigo hasta el final, en las caídas y en los golpes bajos. Incluso cuando más te duele sabes que hay alguien que está ahí para ti. Del otro lado están esos que te quieren ver caer. Los que esperan tus errores para golpearte por la espalda y así ganarte. Cada golpe duele pero eso solo es momentáneo, la gloria es eterna. El contrincante eres tú mismo, cada uno es su rival a vencer. Los rounds son etapas de nuestra vida donde lo importante al final es que te levantaste de cada caída, soportaste cada golpe y hora de entrenamiento para así conseguir estar de pie hasta el final.
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